Tras ocho años fuera del ambiente discográfico, el cantante colombiano irrumpe con fuerza en las listas de éxitos en su país natal con su nuevo álbum Corazón Profundo. Su estilo inconfundible que le lanzó al estrellato desde los años 90, se conserva en esta producción, más pulida y técnicamente avanzada que las anteriores, fruto de la experiencia acumulada del artista y las nuevas tecnologías. Ahora, se prepara para la conquista de toda América, de norte a sur.
No se sabe si por casualidad o a propósito, el caso es que el primer sencillo incluido en el álbum es la canción Volví a nacer, que de una manera u otra refleja la vuelta de Carlos Vives al mundo discográfico después de su último álbum El Rock de Mi Pueblo (2004) cuando se acabó su contrato a nivel internacional. Pero la mente de una artista nunca descansa, así que él ha dedicado todos estos últimos ocho años a colaborar con otros artistas y proyectos, a analizar retrospectivamente su vida musical y planear su futuro.
Comienzos
Realmente su fama comenzó, no como cantante sino como actor en telenovelas y series de televisión en Colombia y Puerto Rico.
Al mismo tiempo hizo sus primeros pinitos como cantante grabando discos de baladas. En 1991 le ofrecieron el rol de Rafael Escalona, de la serie de fantasía Escalona, representando la vida de ese gran compositor de vallenatos, y en la que también interpretaba canciones del autor. Este fue el momento crítico en el que empezó a rumiar cómo modernizar la música tradicional y darle otra dimensión más amplia y universal. Cumbias y vallenatos tradicionales, se mezclaban con rock, ritmos caribeños, guitarras eléctricas, batería y otros instrumentos nunca antes incorporados a la música tradicional colombiana. Era un sonido nuevo, tan innovador que la misma industria discográfica no le daba buenos augurios, pero Carlos Vives demostró lo contrario con su exitoso álbum Clásicos de la Provincia, marcando así el comienzo de una nueva era musical para él. De ese álbum, quizás la canción más popular haya sido La Gota Fría, que podíamos decir es un clásico, pues aun hoy en día no hay fiesta latina en la que todo el mundo no deje de salir a la pista a bailarla.
Charla
Tuve la ocasión de charlar con Carlos Vives durante un rato para saber, de su viva voz, sus impresiones sobre su último álbum Corazón Profundo.
Al preguntarle que nos diese una perspectiva del nuevo álbum, Vives me contestó así: “Seguimos el mismo camino que tomamos desde el principio, como renovar y encontrar un sonido pop dentro de nuestra tropicalidad, pero con la ventaja de unos añitos más de experiencia y nueva tecnología. Estos años de ausencia me ha permitido mirar a distancia aquellos primeros años y comprender muchas cosas que habíamos hecho y así poder afinarme como productor y escritor. Entender cosas que la experiencia de los discos anteriores nos han hecho hacer un buen disco y que no se pierda aquello que le gustó a la gente, que tenía la naturaleza de nuestra música, la buena energía, los buenos mensajes y lo romántico de nuestra música tradicional”. Y sin dejarme intervenir continuó diciendo: “Siempre soñamos con sonidos nuevos para la música tradicional. Y por otro lado, no quiero que se pierda ese espíritu. De la manera de ser románticos, de la manera de captar a esa tierra olvidada, a esos lugares de origen, de rescatar muchas cosas perdidas, de esos valores y principios que a veces, uno siente, que la música contemporánea quiere olvidar”.
Ahora queríamos saber cuál es el mensaje del álbum. “Con Corazón Profundo buscamos ese mensaje de valorar a la gente con corazón profundo, de poner acento en la gente con corazón grande, generoso, más allá de la individualidad, que trabaja para que el mundo sea mejor para todos. Ese es el espíritu general, no solo de la canción Corazón Profundo. Hablamos un poco de ecología, del cariño hacia la mujer, hacia la naturaleza, de resaltar cosas del costumbrismo”, comentó con satisfacción.
La inspiración es el punto de Aquiles de los artistas, así que a la pregunta sobre donde obtiene su inspiración, Vives con una sonrisa nos dijo: “El artista toma la inspiración de lo que tiene la vida, de lo que le da la vida, de sus hijos, de su mujer, de la tierra, de la naturaleza, de ese mensaje de la gente cuando uno trabaja, porque en cada concierto se reciben señales de ese público que te retroalimenta”.
Todos evolucionamos con el tiempo y Vives no es una excepción. ¿Qué queda en Carlos Vives de ese jovencito de los años 80 y 90? Con una carcajada me respondió: “Queda todo. No se pierde nada. No se pierde lo que me motivó desde el principio hacia todo esto, lo que me impulsó a hacer lo que hice en aquellos tiempos. Ese espíritu que mantiene el hacer las cosas buenas. El estilo y el físico puede que haya cambiado, pero el espíritu, no”.