Si al ver este título te preguntas pero ¿eso es un encanto? Definitivamente la respuesta es ¡NO! pero por alguna razón a nosotras las mujeres nos seduce vivir estresadas. Te cuento. Por estos tiempos mucho es lo que se habla al respecto donde cada uno interpreta de una manera distinta “QUÉ” nos estresa y “CÓMO” creemos controlar y superar ese estado. No obstante, es importante mencionar que el estrés, en apretado resumen, es “un proceso que se inicia cuando el individuo se enfrenta a una serie de exigencias de su entorno, ya sea laboral, social o académico”. También hay que mencionar que este tipo de tensión, como regla general, es positivo para el cuerpo humano ya que permite que las personas realicen sus tareas de una forma más motivada y alerta. Sin embargo, el gran problema es que si no lo controlamos a tiempo puede llevar a una persona a caer en ansiedades y allí es donde nosotras somos vencedoras. ¡Claro! Pasa que el cerebro humano reacciona hormonalmente al estrés segregando grandes cantidades de adrenalina y de la hormona llamada corticotropina y resulta que nuestro cerebro es más sensible, que el de los hombres, a esa hormona. Por lo tanto, somos más propensas a reaccionar y desencadenar el proceso del estrés ¿Vieron? Pero no todo es negativo porque: -Las mujeres, más que los hombres, reconocemos y aceptamos nuestro estrés y hasta los estados depresivos. -Hacemos los arreglos pertinentes para consultar con los profesionales de la salud mental.
Y eso es un punto muy positivo para las féminas porque al consultar con profesionales se tienen muchas probabilidades de manejar correctamente sus condiciones mentales. Esto se aleja muchísimo con lo que tienden a realizar los hombres cuando están depresivos o estresados. Al sufrir de alguna de esas condiciones: -Tienden a encerrarse en sí mismos. -No hacen los esfuerzos necesarios para buscar ayuda. Los hombres deberían copiar este tipo de comportamiento de las mujeres, ya que según Shelmar Vasquez Sween en “El peso de ser hombre” está científicamente comprobado que “algunos cuadros de desórdenes de personalidad en varones ocurren por la acumulación de emociones reprimidas”. Ante todo esto, las mujeres no se echan a llorar, tampoco caen en depresiones masivas ¿Se imaginan?, ¿hacia dónde nos dirigimos entonces con lo antes dicho? Pues bien, nosotras seguiremos con un discreto encanto de vivir estresadas porque estamos conscientes de que necesitamos más que nuestros pares masculinos para llegar al mismo lugar y que en un futuro ocuparemos, de una manera bien significativa, muchos de los espacios sociales y laborales que actualmente son ocupados por los hombres. Todo eso, sin perder los deseos y responsabilidades como madres, esposas, novias e hijas.
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