Todos hemos escuchado alguna vez la frase “Una imagen vale más que mil palabras” pues sí que lo vale. La imagen visual es lo primero que queda en la mente de una persona al conocer a otra y esto es muy difícil de cambiar. Según el sicólogo Albert Mehrabian la primera impresión que causamos en los demás corresponde en un 55% a la imagen visual, 38% al impacto auditivo y tan sólo un 7% al lenguaje verbal.
La Imagen Visual que causamos en los demás se basa en nuestro aspecto general, en cómo nos vemos, el manejo del vestuario, de los colores y sus combinaciones, el pelo, las manos, nuestro aseo personal y todo aquello asociado al lenguaje no verbal. El impacto auditivo se asocia con el tono que utilizamos al hablar, la forma como lo decimos, la cadencia y el timbre de voz que usamos.
El lenguaje verbal es el impacto de lo que decimos en la primera impresión. Por todo esto, cada vez son más solicitados los servicios de un asesor de imagen, éstos trabajan junto con el interesado en mejorar y sacar provecho de sus cualidades físicas, de hacer menos evidente lo que no se quiere mostrar, siempre basados en sus necesidades específicas y su estilo de vida.
Su labor es ayudar al cliente a entender las tendencias y poder adaptarlas a su personalidad para llegar a obtener un agente diferenciador y diseñarla como una carta de presentación social y profesional. En la actualidad, podemos encontrar mucha información acerca de la imagen personal, pero ninguna cubre las necesidades específicas de cada persona y es por esta razón por la que se termina adoptando una imagen que no se ajusta a las necesidades individuales.
Conocer el tipo de figura corporal que se tiene hace la diferencia, cómo utilizar los estilos y formas de ropa para suavizar esas formas, cómo disimular o resaltar ciertos rasgos utilizando los colores más favorables.
Es aquí donde el asesor de imagen puede ofrecer sus servicios, ayudar en la creación de una imagen adecuada, facilitar la escogencia de peluqueros, maquilladores, esteticistas, coach desarrollar habilidades sociales, protocolo y manejo de su expresión verbal y cualquier otro profesional que contribuya en la creación y mejoramiento de su imagen. Contratar los servicios de un asesor de imagen es una inversión que te ahorra tiempo, refuerza la autoestima y da frutos a nivel personal y profesional. Busca uno que esté preparado, certificado y que entienda tus necesidades y objetivos de vida.
